miércoles, 29 de junio de 2011

Embarazo Precoz



Las chicas jóvenes experimentan sentimientos de soledad, de poca confianza en sí mismas que intentan suplir con las relaciones íntimas con el otro sexo.

Existe una escasa o nula comunicación con sus padres o con las hermanas mayores, sobre todo, en lo que concierne al sexo. Esto les lleva a buscar y encontrar la opinión y el consejo de otros jóvenes de su edad con su misma inexperiencia y falta de correctos patrones de conducta.

Existe además un desmedido afán por entrar en contacto con "nuevas experiencias".

Entre las madres adolescentes existe un factor común a todas ellas: una mala historia de rendimiento escolar. Existe un alto índice de abandono precoz de los estudios, sobre todo entre las madres más jóvenes.

Además parece ser que las jóvenes incluidas en programas de educación especial tienen también más riesgo de tener un embarazo en su adolescencia.

Todas las estadísticas realizadas demuestran que hay mayor número de embarazos en adolescentes cuyas familias están separadas y también en familias con un solo progenitor.


 Hasta un 60% de las jóvenes madres pertenecen a familias cuyos padres están separados; y un 40% no ha vivido nunca una situación familiar estable.

En el mismo sentido, se comprueba que el embarazo precoz es más frecuente en jóvenes cuyas madres son solteras o lo eran al concebir a su hija, o que, a su vez, habían tenido hijos a una edad muy temprana.

Un riesgo médico
El embarazo y el parto de una mujer de edad inferior a los 20 años tienen un alto riesgo puesto que se dan cita varios factores que aumentan la probabilidad de complicaciones, entre ellos la propia edad de la mujer, el bajo peso del niño y la prematuridad del alumbramiento.

El hecho de ser el primer hijo es otro factor de riesgo. Siempre tiene mayor probabilidad de padecer un sufrimiento fetal durante los últimos períodos del embarazo y en el parto.

La deficiente nutrición de la adolescente y las malas condiciones de reposo y bienestar físico durante el embarazo, son también factores de riesgo.

También suele darse una habitual ausencia de cuidados prenatales en las jóvenes madres por la frecuente negación del embarazo por parte de la adolescente.

Embarazos precoces
En los embarazos adolescentes se presentan muy a menudo deficiencias en la nutrición de las chicas, ya que se produce un aumento de las necesidades en esta edad en la que aún está creciendo.

También es un factor importante el hecho de que las adolescentes y las jóvenes se alimenten en muchos casos un tanto arbitrariamente y no se ajustan a las auténticas necesidades.

Presentan con frecuencia déficits minerales y de vitaminas que afectarán no sólo a la madre sino al hijo que lleva en su seno.

Las infecciones durante el embarazo, y muy en especial la infección urinaria, se presentan en un mayor número de gestantes adolescentes.

Asimismo son más frecuentes a esta edad las infecciones de transmisión sexual, favorecidas por las circunstancias en que se desenvuelven a menudo sus relaciones, con alto riesgo de afectación del feto y consecuencias muy graves para éste, más todavía que para la misma madre.

Otra consecuencia en las adolescentes gestantes es la hemorragia durante el tercer trimestre del embarazo debido al desprendimiento prematuro de la placenta. El riesgo de parto prematuro y de muerte del feto dentro del útero aumenta con ello considerablemente.

La causa habría que buscarla en la inmadurez hormonal de la adolescente y en el también incompleto desarrollo del útero a esas edades.

Partos conflictivos
En este tipo de embarazos hay una mayor frecuencia de partos prematuros y de bajo peso en los niños al nacer.

Si bien hoy día las técnicas de asistencia a niños se han desarrollado extraordinariamente, sigue siendo indudable que el bajo peso es una de las principales causas de mortalidad y de serias discapacidades en la primera infancia.

Entre las adolescentes que dan a luz, la presentación del niño "de nalgas" a la hora del parto aparece en cifras elevadas. El nacimiento de esta forma, como es sabido, lleva consigo un cierto aumento del riesgo de sufrimiento por parte del niño.

Al no estar en la adolescente completada la maduración del esqueleto de su pelvis son frecuentes durante el parto las situaciones en las que la cabeza del feto no es capaz de atravesar el canal óseo que le conducirá desde el útero al exterior.

Así pues, con frecuencia se hace imprescindible la práctica de una cesárea, intervención que, en efecto, se efectúa más a menudo en adolescentes que en mujeres maduras.

Tras nacer
La mortalidad en los nacimientos entre los hijos de madres menores de 17 años triplica la existente entre madres de 20 a 29 años.

También es mucho más alto el índice de lesiones cerebrales en el niño como consecuencia del traumatismo sufrido durante el parto o de haber nacido en condiciones de prematuridad.

Para muchos investigadores son más preocupantes los factores de índole psicológica, social y educacional.

Según estos autores, tales niños tienen, tarde o temprano, mayores problemas, necesidad de ayuda especial, repetición de cursos escolares y terminación de los estudios a mayor edad que los otros niños.


Son niños con agresividad, rebeldía y poco control de sus impulsos. Las causas de ello no se conocen aunque se han sugerido la falta de interacción madre-hijo, la ausencia de la figura del padre o los problemas socioeconómicos.

Una nueva madre

Las consecuencias postparto para la madre comienzan con un mayor índice de mortalidad materna y siguen con importantes alteraciones en el crecimiento, que puede incluso detenerse.

También las carencias nutritivas influyen negativamente sobre ese crecimiento de la muchacha adolescente.

Las consecuencias de orden psicológico no son menos importantes para la madre. En adolescentes embarazadas se descubren con frecuencia sentimientos de autodestrucción, agresión hacia todo lo que represente autoridad, falta de responsabilidad o súplicas desesperadas en busca de atención y ayuda.

Las madres muy jóvenes sufren retrasos en sus estudios y luego tienen mayores problemas a la hora de encontrar puestos de trabajo o de integrarse en los que tenían antes del embarazo.

Por si todo lo anterior fuera poco, se ha señalado en múltiples trabajos que la adolescente que ya tiene un hijo está en un gran riesgo de volver a quedar embarazada durante el resto de su adolescencia.

En el plazo de tres años hasta un 70% tienen un nuevo hijo en algunos de los grupos estudiados en estos trabajos.

En España las madres adolescentes entre 18 y 19 años lo eran de su segundo hijo en casi un 15% de los casos.


Desde el aspecto médico, embarazarse durante la adolescencia trae serias consecuencias:

- Un problema que se presenta en este tipo de embarazos es la falta de atención médica desde el inicio del embarazo, debido a que generalmente las chicas no avisan pronto a sus padres, tardan en decirles de su situación de 4 a 5 meses, los cuales pasan sin revisión alguna.

- Las mujeres de 16 años o menos corren el riesgo de preeclampsia y eclampsia.

- El bajo peso al nacer de los lactantes hijos de adolescentes aumenta y probablemente se debe a causas orgánicas tales como anomalías placentarias, nutrición deficiente, tabaquismo y consumo de drogas.

- La mortalidad materna en ésta etapa, incluso en numerosas naciones en vías de desarrollo figura dentro de las causas más frecuentes de muerte en las adolescentes, la mayoría se deben a embolia, enfermedad hipertensiva, embarazos ectópicos

- Algunas chicas optan por el aborto a veces clandestino que pone su vida en peligro debido a sepsis y hemorragias presentadas durante el proceso.

Aspecto psicosocial

-Algunas jóvenes madres optan por la adopción que les crea una gran culpa y arrepentimiento, sobre todo en etapas más maduras de su vida.

- Hay quienes deciden tener soltera al hijo, enfrentándose a grandes carencias y dificultades. Su proyecto de vida se ve frenado, sufren agresiones por parte de su familia y del entorno y tienen menos oportunidades de conseguir un empleo (cuando lo obtienen es mal remunerado), sin olvidar que deben educar a su hijo en medio de un ambiente desfavorable.

-         Otras jóvenes madres deciden ( si es que la pareja responde) casarse. Sin embargo existen altas probabilidades de que su matrimonio no resulte porque los chicos se enfrentan a un evento inesperado, sorpresivo; no son capaces en esos momentos de llevar una vida de pareja independiente económicamente, no están lo suficientemente maduros para que su relación perdure, ni están preparados para recibir un hijo y mucho menos cuidarlo.

      Un embarazo en la etapa adolescente es todo aquel que se presenta en menores de 19 años, aunque los ginecólogos sólo consideran aquellos casos que se dan en mujeres que tienen menos de 2 años de haber iniciado su menstruación.
        En nuestro país, uno de cada seis nacimientos ocurre en mujeres menos de 19 años. El embarazo en este porcentaje de jóvenes generalmente no son planeados y tal vez ni deseados, lo que acarrea fuertes problemas ya que son experiencias muy difíciles que afectan la salud integral tanto de los padres adolescentes como la de sus hijos, familiares y de la sociedad en sí.    

     
      ¿Por qué las adolescentes se embarazan?
          
       Existen múltiples causas que se relacionan entre si.
- Esta situación se presenta en todos los estratos económicos de la sociedad, sin embargo se registra con mayor frecuencia en jóvenes pertenecientes a sectores socioeconómicos más disminuidos.
       
-         - Los adolescentes llegan a ser fértiles aproximadamente 4 o 5 años antes de ser emocionalmente maduros.
        
         - Ahora los jóvenes comienzan más temprano su vida sexual (la edad 12 años se asocia con un 91% de oportunidades de estar embarazadas antes de los 19 años, y la edad de 13 años se asocia con un 56% de embarazos durante la adolescencia).
- Los medios de comunicación transmiten frecuentemente mensajes manifiestos o secretos en los cuales las relaciones sexuales sin estar casados (especialmente aquellas que involucran a adolescentes) son comunes, aceptadas y a veces, esperadas.
        
        - La falta de afecto, comunicación y las relaciones problemáticas en una familia, influyen para que se den casos de embarazos a muy temprana edad. Cuando hay falta de atención a los hijos ya sea por la separación de los padres o bien por que ambos deciden realizarse profesionalmente, delegando u descuidando su rol; los jóvenes crecen carentes de valores morales que guíen sus conductas.
     
-         - En el hogar, la escuela o la comunidad no existe la suficiente educación sobre el comportamiento sexual responsable e información clara específica sobre las consecuencias del intercambio sexual (incluyendo el embarazo, enfermedades de transmisión sexual y efectos psico-sociales). Por lo tanto, gran parte de la "educación sexual" que los adolescentes reciben viene a través de filtros desinformados o compañeros sin formar.
     
      - El ser madre o padre en esta etapa donde los jóvenes están en busca de su identidad, puede representar una forma de afirmarse como hombre o mujer.
     
       - Cuando por circunstancias diversas, muchos de los roles adultos se transfieren tempranamente a las jóvenes.
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-         - El embarazo en adolescentes es más frecuente en hijas de madres que también tuvieron hijos a muy temprana edad.
         
     - Para muchas culturas y sobre todo en países subdesarrollados, La maternidad se sigue presentando como el único modo en que la mujer puede alcanzar un lugar en la sociedad.
        
       - Existe una escasa información sobre el correcto uso de medidas anticonceptivas y sobre la fertilidad.
- De los adolescentes que están informados sobre los métodos anticonceptivos y su forma de uso, solo la mitad de ellos, quienes llevan una vida sexualmente activa los usan.
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Como padres, luchamos para que nuestros hijos tengan un mejor futuro, una buena educación, trabajo y desde luego, felicidad. En este país, ese futuro se ve afectado por un alarmante índice de embarazos juveniles. Es un tema delicado pero, ¿quién mejor que nosotros, sus primeros maestros, para orientarles en este momento tan importante de sus vidas? Ellos mismos dicen que prefieren que sus padres les hablen sobre este tema.
Esperamos que los siguientes consejos le ayuden a guiar a sus hijos a tomar buenas decisiones en sus vidas y también, a evitar el embarazo juvenil.
·         Tratemos de dejar atrás las ideas anticuadas que nos impiden comunicarnos honestamente con nuestros hijos: hablemos con ellos --niñas y niños--abiertamente sobre el amor, las relaciones y la sexualidad.
Si usted cree que no es fácil hablarle, no está solo; hay muchos padres en su misma situación. Si su adolescente se hace el "sabelotodo", no se desanime. Lo que ocurre es que a él/ella se le hace tan difícil tocar este tema como a usted. La realidad es que sus hijos quieren que usted sea la persona que les hable. Después de todo, los padres son los primeros maestros de sus hijos y por lo tanto, los hijos confían en los padres.
·         Comencemos a hablar sobre la sexualidad desde temprana edad y con frecuencia.
Desde pequeño, el niño tiene curiosidad por su físico. Si comienza a explicarle paso a paso los cambios que ocurren en su cuerpo, cuando llegue el momento de entrar en detalles será menos incómodo para los dos. También puede aprovechar para hablarle de sus sentimientos, ya que el niño está desarrollándose también en el aspecto emocional y social: él/ella está conociéndose a sí mismo y aprendiendo a comportarse en el mundo que le rodea. No espere a que su hijo sea grande para tener una sola conversación. Piense que la vida es una escuela y que usted, como padre, es el mejor maestro.
·         Supervisemos las actividades de los hijos sin dejar de entender que ya no son niños, sino jóvenes adultos que necesitan cierta independencia.
A esta edad sus hijos pasan de ser niños a ser adultos. Habrá momentos en que se comporten como chiquillos, durmiendo con un muñeco favorito o coleccionando tarjetas de deportes, y habrá otros en que se rebelen cuando usted comienza a limitar sus salidas y horarios. Dése cuenta que ésta es la etapa más sociable de los chicos y propóngase a conocer a sus amigos (recuerde que ellos tienen gran influencia.) Si usted trata a su hijo de manera justa y calmada, puede que él/ella comprenda que su único interés es el de protegerle.
·         Los padres tenemos derecho a saber con quién salen nuestros hijos.
Cuando un hijo entra en la adolescencia, a los padres nos toca supervisar su vida social. Para ello nos vemos obligados a poner ciertas medidas. A los adolescentes más jóvenes debemos aconsejarles que salgan con amigos, en grupo. Y cuando les llegue el momento de salir en pareja, entonces nos queda recomendarles que traten de hacerlo con chicos(as) de su misma edad. Podemos explicarles, por ejemplo, que las chicas que salen con jóvenes de mucha más edad se exponen a una presión mayor y se arriesgan a situaciones peligrosas, como un contacto sexual no deseado.
·         Es bueno que estemos al tanto de lo que nuestros hijos ven, leen y escuchan.
En la televisión, las revistas y la radio abundan mensajes que pueden confundir y hasta perjudicar a los jóvenes. Esté al día con la información que recibe su hijo y aproveche para aclararle esos mensajes. A veces un simple comentario puede servir para iniciar una conversación importante y productiva.
·         Ayudemos a los adolescentes a fijar metas y a explorar opciones para el futuro.
Pregúntele a sus hijos cuáles son sus intereses, qué quieren ser, qué quieren lograr. Ayúdeles a comprender las consecuencias que pueden tener las cosas positivas --o negativas-- en su futuro. Explíqueles que --especialmente en este país--una educación o un oficio y un poco de independencia económica son importantes si ellos quieren alcanzar sus metas. Explíqueles también cómo un embarazo prematuro podría tener efectos negativos, ya que ellos serían los responsables de atender y proveer para el bebé. Si usted ayuda a sus hijos a entender las consecuencias de sus actos, es más probable ellos que tomen buenas decisiones ahora.

·      Tengamos en cuenta que la labor de un padre nunca termina.
No importa cuál sea su edad; de una manera u otra, los hijos siempre necesitarán de sus padres. Cultive una buena relación con ellos, tratándoles con amor, paciencia y respeto a través de sus vidas. Recuerde que cuando los padres y los hijos se llevan bien, comparten no solamente el cariño sino también una buena comunicación.







1 comentario:

  1. ME parece de suma importancia tratar este tema ya que hay muchas adolescentes he incluso niñas de 10 a 13 años embarazadas

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